Queridos amigos, hoy quiero hablaros de los artistas, más concretamente de los pintores, que ellos mismos, y la mayoría de la sociedad, los considera “artistas”.
Sé que el punto de vista que voy a expresar, tendrá un alto porcentaje de discrepancia, por lo sensible del tema a tratar, pero espero no molestar a nadie,…… que nadie se dé por aludido, y menos mi querido, admirado y apreciado amigo Copi.
Sé que el punto de vista que voy a expresar, tendrá un alto porcentaje de discrepancia, por lo sensible del tema a tratar, pero espero no molestar a nadie,…… que nadie se dé por aludido, y menos mi querido, admirado y apreciado amigo Copi.
El arte moderno, ese que todos los pintores contemporáneos abanderan, se fundamenta en el romanticismo, con la aparición de un nuevo sujeto que expresa libremente su “genio”, este sujeto es “el pintor”.
En esa escena, la del arte moderno contemporáneo, participan cuatro actores: el pintor, que expresa su particular “genialidad”, el espectador, que con su mirada desarrolla una libre interpretación del cuadro; el crítico del arte, que hace valer sus opiniones sobre la obra y sube o baja el prestigio del pintor, y finalmente el mercado del arte, donde comienza mi reflexión.
En esa escena, la del arte moderno contemporáneo, participan cuatro actores: el pintor, que expresa su particular “genialidad”, el espectador, que con su mirada desarrolla una libre interpretación del cuadro; el crítico del arte, que hace valer sus opiniones sobre la obra y sube o baja el prestigio del pintor, y finalmente el mercado del arte, donde comienza mi reflexión.
Es evidente, que los pintores que se hacen llamar contemporáneos tienen el gran defecto, de reprocharnos que si su obra no nos gusta, es que no la entendemos, y bajo ese paraguas simplista e interesado entran en la descalificación para proteger sus intereses, y no reconocer así, que quizás lo que ellos han pintado en realidad es “anti-arte”.
Este argumento…. el de la pintura contemporánea, no soporta escuchar la verdad, no les conviene que alguien pueda opinar negativamente sobre su obra, y para ello, se escudan en otro de los actores de esta función que antes comentaba, “los críticos”, que en forma de secta, tampoco aceptan escuchar la verdad, no soportan que la gente diga que ese cuadro o el otro, no me transmiten nada, ya que si accediesen a esto, a ellos también se les acabaría la teta, por eso, protegen a los artistas que practican el “anti-arte”.
Queridos amigos, la pintura no es arrogante…… como si lo son los pintores y los críticos del anti-arte, la pintura nos gusta desde el primer golpe que dá la mirada,…… la pintura nos transmite,…… nos aporta,….. nos involucra o nos hace reflexionar, ….. el pintor que consigue eso en un lienzo, ese sí es un artista…. eso sí es arte. En cambio, si su contemplación no nos aporta, no nos envuelve, no nos transmite, no nos dice nada, eso es anti-arte, digan lo que digan los críticos y los creadores.
Por eso, hay un negocio, que genera millones de euros, que se sostiene a base de críticas favorables y recomendaciones vacías de contenido, que han llevado a una situación, donde los museos de arte contemporáneo, están llenos de anti-arte. Esta situación, ha abierto la puerta a cientos de personas sin talento, sin maestría, sin ninguna técnica, que defendidos por los “críticos de arte” …….(por conveniencia)……. han conseguido unos beneficios multimillonarios.
Para terminar os diré, que a los pintores los hace su obra, que el valor de su pintura es lo que argumenta su valía, el resultado de su trabajo, la impresión del público y sobre todo lo que nos es capaz de trasmitir………. Esto es lo que realmente los eleva a la categoría de "genios".
Por desgracia, muchos de esos fundadores del anti-arte, se olvidan de esto, recurriendo a pinturas fáciles, según ellos basadas en su inspiración, pero sin un reflejo más allá del momento de pintarlos, sin conseguir transmitir nada, al que realmente será el consumidor final de su creación.